En estos momentos de la escritura del libro, donde ya tengo la historia casi organizada, hay una pregunta que pasa por mi mente… ¿Qué es lo que realmente quiero transmitir?
Eso es lo que últimamente me pregunto de forma continuada y me hace reflexionar, antes de ponerme delante del ordenador. Es una pregunta aparentemente sencilla y a su vez, si lo piensas, muy poderosa.
Quizá la respuesta que de una forma más continua me viene es: quiero transmitir lo que para mí es el Amor Incondicional.
Para mí el Amor Incondicional es el Amor sin condiciones. Y, dentro de esas no condiciones, hay muchas cosas que compartir.
En el proceso de ese mirar las no condiciones, me sigo preguntando cosas: ¿está escrito este libro sin condiciones?
Al principio del proceso sí que buscaba condiciones, quería publicarlo de una manera, pensaba en cómo promocionarlo… había demasiadas condiciones. Conforme he ido avanzando en el proceso, he soltado todas esas condiciones, ya que el único fin es contar una historia. Todo lo demás no está a mi cargo.
Estas preguntas me han llevado a ver cuántas condiciones me he ido poniendo a lo largo de los años, y desde hace un tiempo, está siendo muy liberador soltarlas y abandonar las continuas exigencias.
Así que el libro está siendo un motivo más para seguir siendo consciente y vivir cada vez más lo que es el Amor Incondicional.
Ahora ando estructurando en mi mente cómo mantener el hilo conductor de la historia, con la gran cantidad de situaciones que quiero contar y creo que lo voy teniendo claro, con ganas de seguir aprendiendo con este proceso.
No sé como acabará el libro. Lo que sí que me llevo cada día son los aprendizajes y las tomas de consciencia que estoy disfrutando a lo largo del proceso.
Por cierto, me han preguntado si ya tengo el título. Y la respuesta es: ¡Sí! Lo tengo desde el principio. Aunque me mantengo abierta a que pueda surgir otra idea. La vida te sorprende cuando menos te lo esperas.
¡Gracias por compartir tu tiempo en este viaje tan apasionante!
