Las personas transitamos por la vida cargando sobre nuestras espaldas un problema de identidad. Lo peor de todo es que ignoramos tenerlo. Cuando pensamos en nosotros, nos remitimos al cuerpo físico. Estamos convencidos de que nuestro ser se remite al cuerpo. Sin embargo, nuestra parte material no es más que el vehículo que nos ha sido asignado para movernos por este mundo tangible, pero lo que verdaderamente somos es el espíritu que conforma la esencia de nuestro ser.
¿Qué rol cumple el cuerpo?
El cuerpo cumple una función de suma utilidad:
• Determina un marco de experiencia
Si hacemos una analogía del cuerpo-espíritu con el cielo-tierra, podemos decir que el cuerpo es la tierra y el espíritu es el cielo. Tenemos que purificar la tierra para unirla con el cielo.
El cerebro no es la causa, sino el efecto. Gracias a él podemos vivir la experiencia de este mundo. No somos seres de este mundo, sino que pertenecemos ámbito espiritual, pero necesitamos de un filtro para comprender el mundo y para vivir las experiencias que este mundo ofrece.
La causa es la mente, que es intangible. Es de ella que surgen los procesos bioquímicos que se desencadenan en el cerebro. Los neuropéptidos y las hormonas que se generan son la respuesta a un estado de ánimo generado en el centro de nuestra mente.
Cada vez que conoces más tu verdadera identidad, el cerebro se va moldeando. Es decir, se amolda a lo que tú le indiques que quieres ver. Cuanta más luz blanca veas y cuanta más abundancia proyectes, mayores son tus posibilidades de lograr dicha abundancia, ya que alimentas a tu cerebro con un estado en el que eliges que este viva.
El cuerpo nos permite experimentar el efecto del estado de consciencia.
¿Qué es la libertad de ser?
La libertad nos llega a través de la consciencia de la libertad. Se encuentra dentro de nosotros, nunca en un elemento externo.
¿De qué cosas eres libre?
• De las actividades que hago
• De los pensamientos que permito entrar en mi mente
• De llevar a cabo los cambios que quiero
Por ejemplo, si soy fumador, antes de serlo era libre tanto de fumar como de no hacerlo. Una vez que comencé a fumar, continué siendo libre de fumar como de no hacerlo, así como también de dejar de serlo.
Cuando entiendes que eres libre y de la magnitud de tu libertad, tu consciencia se expande.
Eres totalmente libre de modificar cualquier hábito que tengas. Tu libertad es mucho mayor y más poderosa que las cadenas a las que te has anclado. Pronto te da cuenta de que eres, y siempre has sido, mucho más libre de lo que creías que eras.
Las trampas de la mente con respecto a la libertad
La libertad es intrínseca al ser humano. Esto quiere decir que no puedes no ser libre. Incluso la persona más encadenada a sus miedos es libre, porque está haciendo uso de su libertad de creer que no es libre.
Cuando delegas tus propias decisiones en otra persona, estás tomando la decisión de que otro decida.
Por lo tanto, tomemos el camino que tomemos, siempre estaremos haciendo uso de nuestra libertad y estaremos decidiendo constantemente. El desafío es lograr hacerlo en nuestro favor.