Solemos ver a la espiritualidad como esa disciplina que nos lleva a contactarnos con un ser superior. Sin embargo, la espiritualidad es un conjunto de prácticas llena de beneficios que nos permite restablecer la conexión con nosotros mismos. Es momento de abordarla desde una nueva perspectiva.
La espiritualidad reinterpretada
Lo primero que tenemos que tener en cuenta si vamos a reinterpretar la espiritualidad, es que esta no está necesariamente vinculada a la religión ni a Dios. Si bien las religiones la utilizan para dar a conocer y aplicar sus enseñanzas, este no es el único camino que la espiritualidad presenta. Al contrario de ello, cuenta con muchos más y sus características más relevantes son:
Popular: es posible que hayas llegado hasta aquí creyendo que la espiritualidad es elitista, es decir, que solo admite a un selecto grupo entre sus practicantes. Afortunadamente, eso no es así. La espiritualidad es tan popular que todos nosotros hemos recurrido a ella en más de una ocasión.
Nos hace crecer: las prácticas de la espiritualidad están pensadas para que hagamos un trayecto escalonado hacia lo más alto de nuestra propia consciencia. A medida que nos adentramos más en ella, nos elevamos como personas, tanto en el plano físico como mental y de consciencia.
Sanadora: la espiritualidad consiste en que te des cuenta de que tú tienes el control de tu vida, por lo que podrás estar tan sano y sentirte tan pleno como tú así lo quieras.
Una vida, un folio en blanco
Hagamos de cuenta de que todo tu ser es un folio en blanco. Cuando este es extraído del paquete que lo contiene, es decir, cuando naces, el folio se encuentra liso, totalmente blanco y en perfecto estado. No obstante, a medida que vamos viviendo y atravesamos por rupturas, relaciones tóxicas, enfermedades, pérdidas materiales y conflictos inter e intrapersonales, al igual que el folio, nos vamos arrugando, ensuciando y retrayendo.
Es precisamente allí que empiezan a resonar las etiquetas de “trauma,” “golpeado por la vida” y muchos otros conceptos que terminamos por convencernos de que realmente definen nuestra vida.
No obstante, la espiritualidad es el camino que te permitirá darte cuenta de que la sanación es posible, porque el control está en tus manos. Es más, gracias a ella descubrirás que tú no eres ese folio sino su observador.
La espiritualidad como camino para observar y dejar de ser
Cuando contemplo mi vida y hago un recuento de mis experiencias, suelo creer que ese folio dañado soy yo. Para tu fortuna, tú no eres tus experiencias, sino el observador de ellas. Por consiguiente, esto te lleva directamente a darte cuenta de que eres el artífice de tu vida, tanto de lo bueno como de lo malo.
Una vez que me adentro en el camino de la espiritualidad, estaré sanando en los siguientes tres aspectos cruciales de la vida:
• Miedo
• Culpabilidad
• Sufrimiento
Las emociones y las experiencias no llegan a mí, sino que yo soy quien las elige y las fabrica. Por lo tanto, y gracias a la espiritualidad, puedo dejar de hacerlo en el momento en que así lo decida.
La espiritualidad te abre la puerta hacia un nuevo estado de consciencia. Sentirte pleno y feliz es una elección.
Disfruta de este vídeo para profundizar: