Podemos potenciar nuestra riqueza interna
Para potenciar nuestra riqueza interna tenemos que llenar la vida de valor. Riqueza interna y valor van unidos. Si generamos valor en la vida de los demás y para nosotros mismos, empezamos a entrar en el flujo de la riqueza interna. Cuando generamos valor, la vida nos da valor en esta dimensión física.
¿Cómo te has sentido cuando has invertido en una formación para ti o en un regalo para alguien?
Piensa en las veces que hemos generando valor para otros usando nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestra comida, nuestra hospitalidad. Hay muchas formas de conectar con ese flujo, con nuestra riqueza interna. Cuando empezamos a crear valor, hay una parte de nosotros que recibe.
Dar y recibir es lo mismo. Un curso de milagros se refiere a ello cuando hablamos de intereses compartidos. Con esta dación general estamos entrando en un flujo… Esta es fundamental para vivir en la riqueza interna y esto nos hace entrar en una sintonía de dar más; y a la vez, cuanto más damos y más valor generamos, la vida lo entiende como la propia riqueza mayor que hay dentro de nosotros.
La carencia siempre está basada en el tiempo, mientras que generar valor está centrado en el ahora. «Ahora» nace de nuestra mente, lo sentimos… Pregúntate a diario: ¿Qué estoy dando y qué me estoy dando?, entonces se potenciará. Si creas valor en este momento estás en la abundancia, si creas ese valor mañana, estás en la carencia, en el futuro. Si lo creas ahora estarás en la verdadera riqueza.
Cuando somos conscientes del valor que estamos dando en este momento a los demás, a nuestros hijos, a nuestra pareja, a nuestros amigos, a alguien que lo necesite; todo eso genera una sensación que nos abre las puertas a lo externo y genera más valor en el presente.
El dinero
El dinero es algo neutral y si lo usamos es porque lo tenemos, si damos, recibimos. Cuando usamos nuestro dinero, lo usamos con la idea de generar valor, ya sea alimentación, clases particulares, un proyecto porque quieres emprender algo. Vamos a emplear ese dinero, sea la cantidad que sea, con la conciencia de generar valor.
Hagamos lo que hagamos, pensemos en el valor que esto aporta a nuestra vida. El dinero que empleamos para generar valor en nuestra vida y en la de los demás es una riqueza que nos introduce en una onda muy distinta, en situaciones alineadas con nuestra naturaleza.
Lo más importante es quitar la atención de lo físico. El temor a no tener suficiente dinero. Es cierto, las facturas llegan y hay que pagarlas, pero hay que centrarse por un momento en esto: ¿Cuánto valor estamos generando en nuestra vida? Si queremos tener más, tenemos que darnos más. Generar más dando a los demás y a nosotros mismos.
El camino de la abundancia
Tenemos dos caminos para escoger, uno nos lleva a la carencia; el otro a la abundancia. Cualquier acción que emprendemos la podemos hacer desde alguno de estos dos caminos. No es «el cuanto» es el estado en el que nos encontramos. Generando valor conectaremos con nuestra verdadera riqueza.
Si vivimos en un estado de riqueza interna, como no hay carencia, entramos en una sintonía muy poderosa y la vida lo entiende potenciando esa energía. Cuanto más valor creamos, más conectamos con nuestros atributos de ser. Hay que vivirlo para sentirlo.
¡Quédate con la idea de crear valor para ti y para los demás! De esa manera, de forma automática, mejora todo en lo externo. ¡Cuanto más rico te sientes en tu interior, más se proyecta en tu exterior!
Si quieres saber más sobre este tema, puedes ver este vídeo: