¿Eres incapaz de aceptar tus logros, desconfías de tus capacidades y sientes que no te mereces lo bueno que te pasa?
Cuando tratamos de pensar de una forma más alineada con nuestros objetivos, de vernos en acción viviendo eso que realmente queremos, solemos sentir esa sensación de… « ¡No me lo creo, no es cierto, me estoy engañando!».
Pero no se trata de creer, se trata de aceptar.
Cuando mantenemos una idea en nuestra mente tenemos que darle la suficiente energía mental para que se haga grande; así se hará lo suficientemente fuerte para que podamos experimentarla. A veces, cuando entramos en ese proceso de aceptar una idea diferente, una mirada nueva hacia algo o hacia nosotros mismos, no le damos la energía suficiente y no la llegamos a ver, entonces se queda pequeña, se diluye. Pero cuando empezamos a alimentar esa idea y darle cariño, ese proceso lo hacemos más habitual y es entonces cuando esa idea empieza a calar en nosotros y empezamos a vivirla y a sentirla.
La aceptación de una idea va antes de la creencia
Cuando a una idea le damos energía y la repetimos se convierte en una creencia y una creencia es algo que aceptamos que es real, pero si creemos que es real es porque, primero, a esa idea le hemos dado la suficiente energía para creérnosla y hacerla real en nuestra mente.
Para poder vernos de otra manera primero lo tenemos que aceptar, ya que si antes no nos hemos visto capaz es porque no lo hemos aceptado.
¿Cómo hacerlo? ¿Cómo podemos pensar de una forma más alineada con nuestros objetivos?
Empieza a darle una nueva energía a tu mente:
- No rechaces esta nueva idea
- Mírala con amor
- No la juzgues
- Empieza viéndote capaz
- Abre tu mente a más amor
- Ábrete a la aceptación, la capacidad de aceptar está activa en ti.
Aceptamos muchas cosas en nuestro día a día sin cuestionarlas, enchufamos el teléfono móvil al cargador con la certeza de que se cargará la batería, abrimos el grifo con la seguridad de que saldrá agua, etc., pues bien, con esa seguridad y esa naturalidad debemos aceptar cuando las cosas que deseamos llegan a nuestras vidas.
Si no eres capaz de hacerlo todo el tiempo empieza por pequeñas dosis hasta que tu mente se vaya acostumbrando a hacerlo como algo natural.
Activa la mirada de aceptación
Nuestra naturaleza es vernos capaces, valiosos, por eso nos llama a dar ese paso. Esa sensación realmente queremos sentirla porque es la llamada de nuestra verdadera esencia.
Pero una cosa es la llamada y otra cosa lo que nos permitimos pensar. Este camino es un camino de aceptación. Cuando viene nuestro jefe y nos da la enhorabuena por un trabajo bien hecho, cuando un amigo nos dice lo bien que hacemos esto o aquello, cuando alguien nos felicita por haber creado algo muy original, empezamos a rechazar…Y no, debemos acostumbrarnos a aceptar el reconocimiento de nuestro jefe/a, de nuestra pareja o de nuestros amigos.
Una vez que lo aceptamos es cuando empezamos a abrir la puerta a la creencia.
Tenemos que abrir nuestra mente a más aceptación de lo bueno, aceptar con gratitud los reconocimientos de otros y así nos estaremos abriendo para dárnosla a nosotros mismos.
¿Qué pasos dar?
Primer paso, averiguar qué estamos aceptando y pensando de nosotros mismos.
Segundo paso, nos permitimos aceptar lo bueno de nosotros y lo recibimos con amor y agradecimiento.
Tercer paso, sentirlo para poder sentirnos bien, eso será el indicativo de que vamos por el buen camino.
Estas ideas las trabajamos mucho en los entrenamientos de Libre de Ser pero tú ya puedes empezar a ponerlas en práctica.
¡Acepta y agradece, de manera natural, todo lo bueno que la vida te da!
Aquí te dejo un video donde encontraras más información sobre este tema: